
Benidorm, la ciudad que nunca duerme (y siempre brilla)
Rascacielos frente al mar, playas kilométricas, tardes infinitas y noches aún más largas. Benidorm es un cóctel de sol, buen rollo y vistas que quitan el hipo. Un lugar donde puedes desayunar con los pies en la arena y terminar el día viendo atardecer desde un mirador de vértigo.
Miradores para contemplar Benidorm
- Balcón del Mediterráneo (Mirador del Castillo): El más famoso y céntrico. Separando las playas de Levante y Poniente, ofrece una panorámica brutal con el mar a tus pies y el skyline de fondo. Ideal para fotos al atardecer.
- La Cruz de Benidorm (Mirador de la Cruz): Vistas de toda la bahía, los rascacielos, la Isla de Benidorm y la Serra Gelada. Puedes llegar en coche casi hasta arriba o a pie si te apetece andar.
- Mirador de la Ermita Virgen del Mar: Menos conocido, en la zona sur de Poniente. Ambiente tranquilo, con vistas espectaculares a la playa y a los acantilados. Muy recomendable para ver la puesta de sol.
- Mirador del Tossal de la Cala: Un punto arqueológico con vistas elevadas sobre la Playa de Poniente. Tiene restos íberos y romanos, y mucha historia. Muy buen sitio para desconectar.
- Miradores de la Serra Gelada: Si te animas a una caminata, la ruta por el Parque Natural de la Serra Gelada tiene varios miradores con vistas de infarto al mar y los acantilados. Perfecto para senderistas y amantes de la naturaleza.
Playas y Calas
- Playa de Levante: La más popular y animada. Arena fina, aguas limpias y todos los servicios: hamacas, duchas, accesibilidad, chiringuitos, deportes acuáticos y ambiente constante. Ideal para quien busca movimiento y vida.
- Playa de Poniente: Más larga y tranquila que Levante. Perfecta para familias, paseos relajados y atardeceres de postal. Tiene paseo marítimo, restaurantes y zonas adaptadas.
- Playa del Mal Pas: Pequeña y acogedora, entre los dos gigantes (Levante y Poniente) y justo bajo el Balcón del Mediterráneo. Ideal si buscas algo más íntimo sin alejarte del centro.
- Cala del Tío Ximo: Cala pequeña, escondida y con fondo rocoso, ideal para snorkel. Está al final del Rincón de Loix, cerca de la Serra Gelada. Ambiente tranquilo, sin servicios, naturaleza pura.
- Cala Almadrava: Otra cala salvaje en pleno Parque Natural. De difícil acceso, pero merece la pena. Perfecta para quienes huyen del bullicio y quieren nadar entre peces.
- Cala La Almadraba (alternativa nombre según mapas): Similar a la anterior (a veces se confunden), con vistas espectaculares y cero masificación. Llévate escarpines y provisiones.
- Isla de Benidorm (No es cala, pero sí paraíso): puedes llegar en barco desde el puerto y darte un baño en aguas cristalinas. Hay restaurante y miradores. Ideal para una excursión distinta.
Plan rápido para un día perfecto:
- Mañana: Chapuzón en Levante, paseo hasta el mirador.
- Mediodía: Comer un arroz (o dos) en el casco antiguo.
- Tarde: Relajarte en Poniente o hacer kayak por la Isla de Benidorm.
- Noche: Ver el atardecer desde La Cruz y cenar con vistas. Luego… lo que surja.
Curiosidades
- En Benidorm viven menos de 70.000 personas… pero puede haber medio millón en verano.
- Fue pionera en el turismo de masas en los 60 y sigue reinventándose.
- Es uno de los pocos sitios donde puedes ver amanecer y atardecer sobre el mar… ¡en la misma ciudad!